CITA

     Si aparecieras, venida de la noche,
si la playa cercana devolviera tu cuerpo,
y mi brazo te aguardase en la noche
para frenar tus pasos húmedos.
Si surgieras del agua, si vinieras caminando
con la severa lentitud de otro tiempo,
hundiéndose tu planta en la arena ya fría;
si aparecieras avanzando como una deidad,
como una oscura alimaña,
con los ojos fijos en mi locura;
si vinieras desde esa patria silenciosa
donde tan sólo se hunde lo inerte;
si vinieras perdida en la hora de mi voz,
atraída por esta señal de mi garganta,
cabalgando sobre el vaivén,
serpeando en la roja marea;
si se elevara tu figura desde aquel horizonte
y llegara hasta mis brazos,
o hasta la altura profunda del ensueño;
si girasen tus pupilas en la bahía solitaria,
cruzando con sus llamas la noche.
Oh si vinieras desde la orilla
con un canto tembloroso en los labios.
Oh si vinieras
con tu estrella de mar sobre la nuca.


             ULEKE

     Todos sufren por ver tu corazón,
se acercan a tu casa con las paredes blancas,
se mecen en la música de aquel viejo país
en donde naces. Y tu alcoba se inunda
de amistosa cadencia…
Oh lentas, suaves notas del armonio,
llenáis mi ser de bosques, de caminos
brillantes; vuestra danza desnuda
esa grávida estancia
donde juntos libamos un cálido
aguardiente. Uleke vendrá pronto
del mar, su cabellera es rubia
como la miel, como el temprano estío
de sus ojos.


             DAFNIS

     Torre abatida o canto venturoso,
el cuerpo se desnuda en la gruta de ninfas,
donde el agua alza un arco invisible,
donde penden las flautas y los pífanos,
y la sombra es inerte.
Cuerpo de Dafnis joven, terso como una llama,
suave como el viento de estío;
la amada guarda una túnica de ala, trasparece
su esbelta figura en esta sombra,
ingrávida y sonora. Luz y brasa
a los campos, sacrificio a los dioses
en altares de humo, ritual silencioso,
gesta del mar, en Lesbos.


            GONG

     Un gong que dure eternamente
sobre el cielo más límpido y la brisa afilada.
Es preciso que un gong silbe
y estalle de sonidos en el hosco,
en el umbrío pasadizo que no surte sin duelo.
Un gong broncíneo
como la blanca piel de esas diosas oscuras
que transitan el Arruit
con un panal de miel en los labios
y el más antiguo incendio
en sus débiles corazones bombeantes.


           ÁNFORAS

     Ese espectro, ese sabio sin dientes,
ese de las mil franjas,
se contonea con su flautilla.
Sopla un hilo de música
para encantar a la que sueña
su verdadera sierpe.
Vedlo contra los muros,
con los pies húmedos
que han cruzado ya el río.
Ved también a ese viejo fauno
y las dos ánforas clavadas en la arena.


            EN LA ALMONEDA

     Ha pasado la tarde como una lenta ráfaga.
Los perros vigilaron mi desidia,
y rasgaban el tiempo con ladridos y quejas.
Sonó una brizna el aire,
y cayeron los dátiles de las palmas.
Tras de la verja, se detuvo el último extranjero,
mirando fijamente su pupila.
Lo vi desde la cámara,
del mismo modo que la bruma se esparce.


LA DESPEDIDA

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     Aquí en lo oscuro
quedo pulsando mi dulcémele,
mientras veo que te alejas
feliz, contra la línea del horizonte.
Mueves el cuerpo al son de mis acordes,
cada vez más distante, más cómplice,
y un ritmo de secreto te hace tan diminuto.
sí, te alejas de esta pequeña hoguera
que hemos prendido juntos,
y en la alcoba, se extingue la ardentía,
como hermoso extinguirse era bajo tu cuerpo.
Hay un sol tibio que camina delante,
y una brisa en el rostro de quien amé;
mis besos lleva en él como prendidos,
hoy que se aleja,
feliz, contra la línea del horizonte.


MIRADOR UMBRÍO

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     Desde la torre observas cómo cae la tarde,
las últimas montañas perdidas con la niebla,
los árboles que ascienden levemente, el abismo,
el fulgor de los astros que brillan por tus ojos.
Cerca quedan las playas del Sur, amplias
y lentas, vacías a esta hora en que el mar
se desvanece en fuegos. Vive el mar en la brisa,
su mágico vaivén como tus pasos, firmes,
en este oscuro mirador, alto, insomne,
distante como el humo de la ciudad en calma.
Y es el tiempo que inventa su eterno desvarío,
tu sombra, ya fundida con las sombras del mundo. 



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